La vida es un interminable ensayo para una obra que jamás se va a estrenar.Un suspiro abandonado en el aire que se consume antes de rozar siquiera una hoja, de un frío árbol, en una tarde de llovizna.
Son tiempos difíciles para soñadores falsos, de todos modos, placenteros para reales demiurgos de la ilusión.Seres que se dejan fluir con las continuas fuerzas del viento, atravesando con facilidad el lado obscuro de la luna, robando sonrisas a pequeñas almas.Y extrayendo de los más ínfimos detalles, segundos en los cuales se sonroja la mejilla, el escalofrío recorre el cuerpo, o se libera una carcajada hacia un obscuro y escondido rincón cercano.
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